Normalmente entendemos el visual thinking y su plasmación en un papel como un proceso elaborado, que implica unas habilidades específicas. Con este sencillo ejemplo vamos a demostrar cómo la metodología LEAN nos puede ayudar poniendo el dibujo al alcance de todos. Para ello partimos desde la formas más básicas:

 

Primera iteración

Queremos conseguir algo rápido y al alcance de todos. Buscamos las formas más primitivas, como polígonos sencillos, líneas rectas y curvas. En visual thinking queremos contar las cosas de la manera más rápida y clara posible.

 

Segunda iteración

Se produce el primer incremento. Seguimos combinando formas básicas para conseguir otras algo más elaboradas.

 

Tercera iteración

Seguimos elaborando con formas rectas y curvas. La evolución debe ser sencilla de entender y rápida de aplicar, dependiendo siempre del concepto a comunicar.

 

Cuarta iteración

Tenemos un primer MVP (Mínimo Producto Viable). Al tener una buena comprensión de las formas básicas que todos conocemos e ir combinándolas, conseguimos evolucionarlas a otras más complejas con un mayor potencial visual.

 

La metodología LEAN, basada en iteraciones e incrementos, ofrece la posibilidad de ir incorporando técnicas de Visual Thinking al día a día para comunicar conceptos y conseguir que se recuerden más fácilmente.