El talento está de moda. La «caza del talento», la «guerra del talento», «incorporación de talento», «fuga de talento»… No hay empresa tecnológica que no ande tras ello. A raíz de mi primer año en Kairós DS y de mis últimas vivencias profesionales he meditado al respecto y lo comparto con vosotros.

Siempre me ha gustado la afirmación «La tecnología cambia, el talento no tanto…» que leí hace unos años en una camiseta «friki».

Desde entonces me he dado cuenta que efectivamente, como medida de aptitud, a priori, no cambia tanto, pero he descubierto que tiene muchos componentes.

Yo, antes de entrar en Kairós DS, entendía el talento como practicar mejor que los demás ciertas tareas, tener mejores aptitudes. Y, aunque seguramente no esté descubriendo nada nuevo a la personas que se dedican a tratarlo/buscarlo. He corroborado que todas esas aptitudes sirven de poco si no van acompañadas de otros «talentos».

Tus capacidades para hacer mejor algo van siempre de la mano de tu creatividad, de tu actitud en la vida, de tus motivaciones, de tu vocación, de tus gustos, de tu situación emocional…

Y puedo asegurar, lo he comentado con varios compañeros y coincidimos, que en Kairós DS hay mucho talento en global. Es decir, no solo que hay grandes profesionales que destacan por encima de la media, si no que además son grandes personas, con unos niveles de creatividad altos, buena actitud y disposición, con vocación, motivados…

Creo que esa es una de las principales diferencias, aunque hay más, por las que destaca Kairós DS. El gran trabajo que se ha hecho desde el minuto cero en el equipo de talento apoyado y ayudado por «el resto de la tribu», porque en Kairós DS no somos nada los unos sin los otros.

Pero volviendo al tema de la guerra por el talento que tenemos entre las consultoras tecnológicas ¿por qué se escapa de muchas de esas empresas?

Se escapa porque las personas necesitamos evolucionar, nuestro talento está vivo. A veces porque necesitamos enfocarlo nuestro de otra manera, porque podemos sentir ahogada nuestra creatividad, sentirnos desmotivados… Y en cuanto aparece alguien que te da ese poquito que ahora te falta te lo planteas, y ¿por qué no? me cambio de empresa. En resumen, nos sentimos más valorados fuera que dentro.

A mi se me parece a una relación sentimental, a una relación de pareja. Pero donde la relación la formas tú con tu empresa, donde la variable principal no es el amor sino tu talento, con todo lo que implica.

Cuando cambiamos de empresa, te sientes querido profesionalmente, te sientes motivado, tu vocación y creatividad sube a los niveles mas altos. Pero las empresas suelen cometer el error de creer que ya está todo hecho. Y no es así. Como en las relaciones de pareja, la relación hay que regarla todos los días, cuidarla, mimarla. No pensar que el talento, el cual hemos captado para que nuestra empresa vaya mejor y sea mejor, se mantiene solo. No.

Crecer mucho conlleva ese peligro. Es difícil estar pendiente de todos. Es difícil cuidar a diario muchas plantas. Mantener el talento.

Carlos Moure sabe mucho de esto, y en nuestros valores está la autonomía personal dentro de la empresa, que permite que no nos sintamos encorsetados, que podamos tomar decisiones, que no nos sintamos impuestos por ideas o normas que dejan de tener sentido a veces.

Y para mantenerlo necesitamos referentes donde apoyarnos, referentes que tenemos en Kairós DS, cada uno los suyos. Referentes que empatizan y predican con el ejemplo. «Médicos» donde saber que podemos acudir ante cualquier síntoma. «Fisios» donde nos den «un masaje» a algún «músculo de nuestro talento» y así poder cuidar todas esas partes que lo forman.

Nuestra aptitud profesional puede que no cambie tanto, pero nuestras motivaciones, creatividad, actitudes… sí que se desarrollan, evolucionan, engordan… dentro de una buena empresa. No consigo tener más talento, consigo tener mejor talento y por lo tanto, mantener el talento. Y esto tiene que partir del primero y ser extendido hacia abajo al resto. Eso es lo que nos diferencia a día de hoy del resto de empresas. Eso es algo que van a acabar imitando de nosotros el resto de empresas.

Todos los días pienso, ¿por qué estoy en Kairós DS? El día que me levante y no lo sepa, ese día, no seré parte de Kairós DS. Pero mi respuesta siempre está relacionada con todos nosotros. Por nuestra actitud. Por los grandes profesionales con los que tengo el placer de compartir conocimientos y experiencias. Porque creemos en nosotros. Porque me motivan los retos que tenemos. En definitiva, estoy en Kairós DS por su gente.