Ya ha pasado un mes desde que comencé a trabajar en Kairós DS como Agile Coach y ha llegado el momento de hacer evaluación como los nuevos presidentes tras sus primeros cien días de gobierno.

Abandonar mi zona de confort en el mundo de la I+D no ha sido sencillo, pero este salto se ha visto amortiguado gracias a varias razones. Por un lado, la posibilidad de crecer y desarrollarme en el mundo del agilismo y la gestión disruptiva. Por otro, las personas que me he encontrado por el camino.

En solo un mes me he cruzado con compañeras y compañeros increíbles. Todos ellos destilan altísimos niveles de estamina y buen rollo y están deseando compartir sus conocimientos.

He llegado a un lugar donde no solo se habla de agilidad, sino que además se vive y pone en práctica. De repente, desenfundar unos rotuladores y organizar una sesión de facilitación gráfica es la norma. Ya no te sientes ese bicho raro que pintarrajea hasta en las servilletas.

En tan poco tiempo ya me han brindado la oportunidad de colaborar en dos acciones interesantísimas. La primera, una formación para arquitectos que diseñan espacios ágiles.

Diseñando espacios ágiles durante la formación.

La segunda, un proyecto de transformación de una ONG, ASPRONA Bierzo. Su misión es dotar de un plan de vida a personas con discapacidad intelectual y altos grados de dependencia. Además, ofrece un soporte integral a las familias.

En esta iniciativa, promovida por nuestros compañeros Pedro Amador Rodríguez (capacidad DevOps) y Javier Rubio (Cultura), ASPRONA compartió sus problemas organizativos con nosotros. A través de técnicas de design thinking y facilitación gráfica, colaboramos para descubrir sus puntos de dolor. Esto nos ayudó a trazar un plan de transformación que les ayudará a ser una organización más ágil en el futuro.

El equipo de Kairós DS en ASPRONA Bierzo y los artefactos utilizados.

Hasta ahora solo hemos dibujado el mapa del cambio en ASPRONA, pero confío en que también podamos acompañarles durante el camino, que es largo y no está libre de obstáculos.

Personalmente, esta experiencia ha tenido para mí un gran retorno emocional. He recibido mucho más de lo que he podido ofrecer, tanto de ASPRONA como de mis compañeros. A pesar de lo corto de la experiencia, no exagero al decir que ha sido uno de los momentos más bonitos de mi vida profesional.

Como veis, un mes en Kairós DS da para mucho. La aventura no ha hecho más que empezar.