Es frecuente que a la hora de implantar metodologías, nos centremos en seguir los pasos como una receta, al pie de la letra, con todos sus ingredientes. Está claro que sin esos pasos el plato no nos saldría. Luchamos para que las organizaciones sigan esos pasos. Nos interesamos en aprender herramientas que nos ayuden a mecanizar esa transformación, pero esta receta tiene que ir aderezada por un ingrediente muy importante y, a veces, olvidado… la creatividad.

Creemos que eso de ser creativo es solo de unos pocos elegidos, algo genético. Eso es lo que se creía antiguamente y posiblemente muchos lo hemos oído o creído de nosotros mismos… quién no ha dicho alguna vez “No, es que yo no sé dibujar»… ¡Qué gran mentira! Tú sí sabes dibujar, solo que dejaste de hacerlo…

La creatividad en cualquier expresión no sólo en el dibujo, es innata en el ser humano. El ser humano necesita proyectar sus sentimientos e ideas en el mundo, conectar con el exterior, es rebelde e inconformista por naturaleza y esa duda, curiosidad, prueba, energía que tiene el ser humano hacen que surja en él la creatividad. El cerebro humano es muy complejo y está concebido para crear.
Entonces ¿por qué creemos que es un don? ¿Por qué no nos despertamos todos los días cargados de buenísimas ideas? Existen factores que a lo largo de nuestra vida han ido inhibiendo esa facultad de crear.

Esas barreras han ido emergiendo en nuestro propio crecimiento y desarrollo como personas. El miedo al cambio, la rutina, la presión, nuestras propias ideas nos asustan. Pensamos que es mejor dejar las cosas como están, el temor a equivocarse. Nuestro sistema educativo que nos ha enseñado a que solo hay una respuesta correcta para un problema, con el tiempo vamos alimentando esas barreras, creemos que ya no necesitamos utilizar esa creatividad y cuando necesitamos innovar tendemos a mirar al pasado.

¿Cómo resolverlo?… enfrentándonos a ello.

No te resistas a tu creatividad. Acepta los retos que se presenten o búscalos. Siendo constante, usándolo. La creatividad es como un músculo que con los años de su no uso se ha ido atrofiando… Saquémosle a pasear.

Incluso hay estudios que dicen que esos factores que te impiden ser creativo, empleándolos de una forma alternativa o distinta, pueden fomentar tu creatividad. El autor Fernando Trias de Bes en su libro «La reconquista de la creatividad», cuya lectura recomiendo, trata entre otros métodos, sobre el método Kaizen como ayuda en el desbloqueo de nuestra creatividad, mejorando un poco más cada día. Quizás una pizca de creatividad nos libera de la carga de tener esa gran idea y sigue siendo creatividad…

También es cierto que cuando hablamos de proceso creativo tenemos que tener en cuenta que exige un método, porque si esperamos que la idea feliz surja por inspiración divina, musa o de la nada tendremos pocas posibilidades de éxito.

Entiendo que cada uno debe encontrar su método, que tampoco hay una receta mágica, quizás pasa por muchas cosas como por preguntar, observar, escuchar, descansar, leer, aprender, transformar… y saber que se puede contagiar.

«La creatividad es contagiosa, ¡pásala!» – Albert Einstein.