Un día llegas al trabajo, ya llevas unas semanas con un equipo, ya les han enseñado de qué va Scrum o Kanban, se hacen planificaciones, refinamientos, retrospectivas, reviews, tienen su backlog con sus historias de usuario muy bien descritas… todo listo, ¿no?
En la daily tu mente te traiciona y cuando te paras a mirar el tablón con los post it de colorines, sin querer te viene a la cabeza una imagen parecida a esta:
Aquí hay algo raro… mmm… está todo listo pero… ¿cuál es el objetivo real que queríamos conseguir?¿Establecer un nuevo framework de trabajo? (Scrum/Kanban) ¿Que se cumplan las ceremonias/eventos? ¿Configurar bien Jira?
Muchas veces vemos que, a pesar de implantar todas estas dinámicas y herramientas nuevas, la gente tiende a seguir haciendo lo mismo de antes, por ejemplo: sigue habiendo alguien que se siente jefe, manda y reparte tareas; sigue habiendo varias prioridades a la vez o más bien ninguna (¡que todo se haga en paralelo!).
La mayoría del trabajo es inesperado o no se puede empezar, silos funcionales dentro de los equipos, presiones como las de toda la vida porque hay que llegar sí o sí a la fecha X, parches, prisas, gritos, etc, etc.
¿Por qué pasa esto? ¿No es suficiente con conocer el conjunto de normas, reglas y procedimientos del mundo agile? ¿Acaso esto no era una metodología?
¡Ayúdame con esto Google!:
Vale, pero… ¿y si no fuese una metodología?
Quizás la agilidad va más de cultura…
Y… ¿dónde está la cultura en una herramienta?
No la ves, ¿no? ¡Claro!, lo que pasa es que las herramientas no tienen cultura, la cultura está en las personas…
Más razones para creer que todo esto va de cultura: el origen de la agilidad son 4 valores y 12 principios… ¿valores y principios, eh? Mmmm… ¿Cuál es el botón para configurar valores y principios en Jira?
Venga, vamos con la guinda del pastel: uno de esos valores dice algo como “Valoramos a los individuos y sus interacciones sobre procesos y herramientas”… ¡Jaque Mate!
Parece que esto de la agilidad definitivamente va sobre todo de personas… y eso es lo que complica la cosa, porque manejar una nueva herramienta o ir a reuniones cada cierto tiempo es relativamente fácil. Pero la cultura, las costumbres o las creencias no se cambian con un tutorial o con un curso. No llega alguien, te lo cuenta y ¡cha-chaaaan! ¡ya estás cambiado!
Por otro lado, no solo hace falta estar convencido, (que ya es un logro difícil), muchas veces es cuestión también de perseverancia. Pensad en alguien que ha intentado dejar de fumar alguna vez y no ha podido. Científicamente está demostrado que es mejor no fumar para su salud. Pero aún sabiéndolo, esa persona no puede dejar de hacerlo… A pesar de estar convencido al 100% de que es lo mejor, aún queda trabajo (perseverancia).
¡Ojo!, que las herramientas pueden ayudar (a veces), pero son solo un medio, nuestra preocupación principal deben ser las personas, que trabajen mejor, que estén más motivadas, que se comuniquen, que se coordinen, que creen cosas nuevas… que sean más felices, en definitiva. Además, parece demostrado que con estos ingredientes, se consiguen mejores resultados económicos en las organizaciones, hay menos rotaciones, más compromiso y se hacen productos mejores y de más calidad: Win-Win.
Por eso pienso que no hay que querer aprender las “metodologías ágiles” como si fueran una receta, sino más bien como una cultura, con las dificultades que conlleva.