Estamos en año olímpico y esto hace que los medios de comunicación estén (aún más) repletos de noticias deportivas.

Cuando hablamos de deporte, la mayoría pensamos en esfuerzos físicos, en actos de superación personal o colectiva, pero pocas veces nos percatamos de la importancia que tiene descansar para rendir al más alto nivel. El descanso es una de las partes más importantes del entrenamiento de cualquier deportista de élite. El denominado entrenamiento invisible se apoya en un descanso activo, es decir, no sirve con descansar de cualquier forma para que nuestro entrenamiento sea óptimo. Rana descansando en el sofá Pues bien, esto puede extrapolarse al rendimiento laboral.

Para que una persona pueda alcanzar el máximo potencial desempeñando su actividad, es necesario que tenga sus periodos de descanso.

Para ello algunas pautas importantes son las siguientes:
  • Gastar todos los días de vacaciones. Sí, eso de acumular días y días de vacaciones, cuando la empresa te lo permite, no es sano. Las empresas deben fomentar que se gasten esos días repartidos a lo largo del año para que la gente pueda desconectar y recargar las pilas en distintas épocas. Algo que tampoco está en esta línea es que la empresa te obligue a gastarte por ejemplo, todos tus días en agosto. Lo ideal es poder tomarte varios periodos del año para descansar y evadirte de la rutina laboral.
  • Erradicar el presentismo laboral. Empleados que calientan la silla, dilatan las horas del café, eternizan los tiempos de las comidas, solo porque se «tienen» que quedar hasta tarde en el trabajo para contentar al jefe o simplemente para aparentar. Es una lacra, porque lo importante no es trabajar más tiempo, sino trabajar mejor.
  • Desconectar fuera del trabajo. Hacer otras actividades que distraigan la mente. Hacer deporte, ir a bailar, quedar con los amigos a tomarte una caña… Conciliar la vida laboral y personal es fundamental. No disponemos de 2 cerebros de quita y pon por lo que las alegrías y tristezas nos las llevamos de un terreno al otro. Disfrutar de una vida personal plena hace que seamos más felices y productivos también en el trabajo.
  • Invertir en formación (dentro del horario laboral). Los empresarios deben de tener en cuenta que su activo más valioso son las personas que construyen y crean su negocio, por lo que que deben de centrar sus esfuerzos en lograr que los empleados evolucionen y mejoren dándoles oportunidades formativas. Este «descanso activo» es una inversión que debe ser considerada parte de la jornada laboral. Algunas citas relevantes al respecto pueden ser estas dos:

Solo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan… no formarlos y que se queden.

Henry Ford.

Forma bien a la gente para que pueda marcharse, trátales mejor para que no quieran hacerlo.

Richard Branson.

Como podéis observar son cosas extraordinariamente sencillas y que a la vez, desde mi punto de vista, son muy efectivas. Sin duda alguna una empresa que fomente este tipo de iniciativas consigue ser un lugar mucho más atractivo y capaz para atraer y retener talento.